La cama parece haberse ensanchado, las sabanas me congelan. La cocina parece tan grande mirada desde esta parte del rectángulo.
Por momentos prefiero mirar la pared, parece estar mas clara que mi cabeza. Cierro mis ojos tratando de dormir para evitar la lentitud de los segundos, éstos parecen no viajar y vos no estas. Te levantaste una vez mas para seguir escribiendo esa historia de la cual todavía no me queres contar.
Nuestra ropa tirada en el suelo, eso advierte un frió mayor. Mis pies necesitan los tuyos, pero parece que últimamente no los tenés. Tu volatilización.
Un escalofrío recorre toda mi espalda a velocidad luz, mis ojos se clavaron en la ventana. El vidrio casi empañado apenas deja mostrar la madrugada. Tu olor se impregno en mí. Tu cigarrillo, tu licor de piel, el perfume de tus besos. Tus labios todavía recorren mis brazos, murmurando bajo el sonido de la lluvia en el piso.
Recuerdo el acto furtivo en el que, con una sola mano, mi remera fue arrastrada de mi cuerpo y mi piel se ahogo con tu calor. Y como agua de un río, fui llevada por tus besos a un existencialismo corporal. Mi sordera; el grito de tus latidos.
Contemplo tu vandalismo, la cobardía de alejarte de mí. Este invierno que me hiela en plena primavera.
Estas sabanas blancas hielo me enfrían mas de lo común, mi cabeza salió estrellada hacia la puerta y volvió gateando rogando de rodillas una limosna de tu pellejo.
Y vos. Vos y tu frialdad, tu voz que suena como guitarra eléctrica distorsionada.
Tu instinto animal de morderme y dejarme sangrando. Prometo hundirte en mis heridas.
Vuelvo mis ojos a la pared vaga y mi cuerpo a la simulación de estar dormida, no me es fácil afrontar tus armas de distanciamiento, tus malditos silencios.
Me enrollo en las telas de tu cama, cada vez mas me parece estar perdida en esta telaraña. Agarrada de mis rodillas, me envuelvo en mi cuerpo. Solo trato de salvar mis sueños románticos ya asesinados. Desesperada en lluvias de llantos, en torbellinos de recuerdos; me choco con nuestros encuentros vagos. Nuestras miradas ya no se intersectan, ya no creamos nuevos colores y nuestra risa ya no forma una sola nota. Siento mi cuerpo en purgatorio, en espera de tu decisión, en espera de tu vuelta.
Levanto mis ojos buscando tus piernas, como siempre impacientes y neuróticas. Tus ojos guerreros, todavía no derrotados por el sueño, buscan en el papel la solución y el final. La mesa de madera al lado de la heladera es tu mejor guarida, el barco en el que te escapas cuando las cosas no marchan viento en popa.
Y yo, no menos astuta, acá estoy. Siento las arrugas de mi corazón en mis manos, congénita a este cuerpo partido por la mitad. Pero no voy a dejar que mi piel y su sofisma venzan mi dignidad, no esta enésima vez …
Dejaste de escribir, sacaste tus cosas del armario para armar un bolso de un tamaño inusual. Acaso te vas? Por otras piernas mas sutilmente abiertas o por aire fresco? Sí, aca huele a encierro, a sexo. Me miraste con pupilas que tratan de explicar, pero no soy un obstáculo, ya te dejé ir. Te dije adios, mis ojos humedos lo hicieron pero al no darte vuelta no pudiste verlos.
Y sí, tuve que hacerlo, era hora. Te seguí con mi mirada hasta la esquina de la casa rosa con patio grande, hasta que no pude leer más tus labios que murmuraban esa despedida nunca dicha. Me fue imposible dejar de mirarte, nunca me sentí tan incompleta. Jamás había sentido algo irse sin poder agarrarlo, sin poder hacer que vuelva a mi.
Me duelen los pasos que caminaste pisando nuestro silencio, olvidando nuestros momentos. Ansío tu vuelta, nuestra, la imposible pero soñada. Tanto como ver cómo tus pasos que retroceden esas baldosas, haciendo canciones todas esas palabras que nunca me dijiste, que te callaste. Me siento en tu silla, copio tus movimientos como si estuviera escribiendo. Cuando vuelvas, si es que lo haces, acá voy a estar. En espera de que nuestra cama vuelva a ser el edén de las revelaciones, descongelándose de ese frío casi mortal que deja tu ausencia, cada vez que te vas y no volves.
3 commentaires:
De mi alma humillada vienes,
a hacer tu lecho y tu dominio,
infame a quien estoy ligado,
como el galeote a sus grillos.
Charles Baudelaire
Bueno, casi casi "obligado" estoy comentando el texto. Pero bueno, voy a tratar de escribir algo coherente. Y excusandome, como siempre, en mi falta de dotes para la escritura.
Pero como me gusta leer, opino, asi que:
Me gusto el cuento, creo que sabe transmitir muy bien las emociones de una persona que no quiere que su amante se valla llevandose su inocencia con el.
En cuanto a como se cuenta, nose, como que tambien esta ese "noseque" que te hace enganchar para ver que va a pasar.
Aunque por partes me parece que hay lineas y comparaciones demasiado rebuscadas, que le sacan un poco la "fluidez" a lo que se esta contando; me parece algo bastante bueno, simple y complejo ala vez, con la medida justa para que te enganche y no te aburra.
Bue, si mas nada que decir (contando lo que ya le comente ala autora cuando me me lo mostro anoche) me despido.
Besos y ... suertes.
Me gusto... lo senti. Una felicitacion para esta excelente escritora.
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