mardi 21 août 2007

Pequeña


Tengo su cabeza apoyada sobre mi falda, sus minúsculas piernas se encuentran contra su pecho, sólo gracias a la fuerza de sus brazos, sólo gracias a su deseo de querer hacerse cada vez más pequeña. La densidad de sus lagrimas tapan el brillo de sus pecas -y yo solo trato de recordárselas- tras sus dientes nerviosos intenta ocultar la vergüenza del miedo, el miedo de su vergüenza, ése que la excluye de sus demás sentimientos. Intuyo que quiere recuperar esa intimidad que pierde su cuerpo cada vez que choca contra el tiempo [chocar contra el tiempo], cada vez que se encuentra girando sobre sus pies a destiempo del mundo. Un frío ausente eriza su piel hasta culminar en un escalofrío agitado. Mi mano agarra la suya de inmediato, siento la fragilidad de sus ojos desconcertados, la sostengo sobre mí como en sus primeros días de vida, tranquila pequeña, acá esta mamá.

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