mardi 7 août 2007

Esas amarras



el tiempo como el mar, moviéndose, como el mar, agua entre los dedos, de las cosas a las palabras, de los dedos al relato, pulsando las palabras, distendiéndolas, hundiendo el barómetro hasta la sofocación, tormenta de palabras arrachadas, relato borrascoso de vientos cruzados, palabras como olas que se montan, espumas en la cresta de la frase, tifón, mistral que viene de la orilla, corriente de mareas, veleros navegando, eso somos, veleros navegando, capeando tormentas y calmas atormentadas, forzandolo todo.
silencio del mar, abandono del viento, el tiempo como el mar, y los dedos llagados, moviéndose hasta dormir, los parrafos surfeando las olas del tiempo, cien líneas a babor, silencio a estribor, deriva indetenible, y esas amarras a la rastra, ensuciando la estela, anudadas a la popa.
veleros navegando, eso somos en las tormentas del tiempo, cuánto dura una tormenta para las llagas, cuánto para los obenques y los paños, cuánto dura una tormenta en los ojos de la memoria, en el ansia, en el músculo, cuánto dura una tormenta en el viento de las ganas, en el deseo de calma que bornea apenas la calma ha secado las velas, en el deseo de calma que va siendo deseo de más viento, de más tiempo para nosotras, las olas en las manos y el deseo, por debajo, por encima del mar, de la línea de flotación, de la crujía del cuerpo, veleros navegando, deriva y abatimiento, es desvío del compás, deriva y abatimiento, derrota de los vientos por el tiempo del mar, deriva, y abatimiento.

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