jeudi 30 octobre 2008

Vulva de mí (solo porque estoy en dadá)

Desde un escalofrió naciente de los hombros, se abren las puertas ante la proyección de la imaginación carnal de la hora …
Con la brusquedad con la que se examina en las primeras asperezas, las yemas liman la sequedad de la matriz corporal conmoviendo y dulcificando, estremeciendo hasta llegar a los aguijones de los pies clavados en la cama.
Con el tiempo, el roce y la saturación, el roce del tiempo, la saturación del roce o el roce del tiempo en la saturación de la misma, los talones encuentran su diplomacia en la elevación del ángulo húmido... La cresta eréctil renace haciéndose sentir con sus fuerzas volcánicas, dentro del ciclón de pellejos y velocidades,
[ la puntualidad de una lengua, la respiración entrecortada, la tensión, la velocidad ]
Los labios ya no esconden el vértice lujurioso y entre la lava apura a seguir. La rigidez de esta nueva etapa hace aferrar los músculos a las sabanas buscando acelerar las pulsaciones, reforzando el poder de las piernas izadas para así exaltar la dilatación del húmedo sur.
La cadera atrae y rechaza el aire al sentir la expansión de las aristas lubricadas, el pulso, la congestión absoluta, la sangre divulgada, la propia fricción.
Máxima intensidad, y las caricias ya no parecen sentirse.
Contracción [arriba],
Sedó.
La inspiración de los dedos en la vulva de la noche.

1 commentaire:

Unknown a dit…

excitante, por momentos un tanto pornografico, pero excitante... ahora me voy a tocar un rato