jeudi 16 avril 2009

Meses, tiempo, segundos pegados a otros segundos que hacen minutos, cúmulos de momentos, colchón sobre colchón, y sobre esa montaña de cosas, pared particular en la que nos mimetizamos, se eleva tu caricia, que se fue definiendo con el tiempo, con las veces, como si fuera poco el tiempo (moneda que del otro lado es burda como si fuera la boca que mástica al hombre), y es que es solamente gracias a éste que las formas se definen, la caricia se hace más agudamente suave, tu sonrisa más amplia, la cebolla que hace de corazón se va desquitando esos trapos -porque el hombre es lo que otros hombres hicieron de él-, trapos y más trapos que envuelven, leche hirviendo que con el tiempo, sólo en calma -siempre el "solo" siempre el "tiempo"- se logra ver su verdadero tamaño, sin capas sin máscaras sin palabras sin espuma que alardee su tamaño sin gritos sin sus manos;
Meses, tiempo, segundos pegados a otros segundos que hacen de minutos en los cuales me apego a vos haciendo de nos un sólo cúmulo, como colchón sobre colchón ...uno sobre uno, unos, los dos, nosotros, besos.