mercredi 30 juillet 2008

Eludir/Aludir

La más exacta característica de ser lo que el otro no es, siempre esa diferencia que reconoce al otro hasta en el más mínimo evitar, ese eludir que alude a eso que no se quiere nombrar, el embotellamiento de silencios que entonces rejunta por callar tanto ruido.
Supuestamente, las implicaciones metafóricas/lingüísticas constituyen un sistema coherente correspondiente con los conceptos metafóricos y sus respectivas expresiones; son a veces tan sensibles los sentidos que hasta tienen que ser calladas las implicaciones que aluden a esos conceptos que rigen y/o sólo titulan a ese gran universo ambulante que somos las personas a través del tiempo con-las-demás-personas, y después que se desgajan y se desprenden esas circunferencias de palabras que sólo representan queda un espacio lleno de expresión en forma de silencio,y creo que es eso lo más característico de la expresión, su variedad casi ilimitada de formas, así como la metáfora dentro del lenguaje verbal del ser humano muestra una determinada organización de signos vocales, la ausencia representativa de ese no-lugar es quizás más resonante (diría que desde sin otro sentimiento más que la repulsión) y hasta la acción de no-nombrar simplemente porque no hay nada que valga realmente la pena ser nombrado es como la encrucijada de estar ante un camino de dos entradas y elegir uno y no el otro, pero como todo signo que se condiciona uno al otro, lo dulce no lo seria sin lo amargo, lo positivo no lo seria sin lo negativo, es elegir por esa acción-no-acción pero que desgraciadamente no existiría sin su opuesto, el camino es la fiel conmemoración de eso que elegimos no hacer, y otra vez la elusión que no hace más aludir … so this next song is called “Times like these” and this is how it goes.

mardi 29 juillet 2008

de Máquina Hamlet (Heiner Müller)

2
LA EUROPA DE LA MUJER

Una cuarto enorme. Ofelia.
Su corazón es un reloj.
OFELIA (CORO / HAMLET)
Yo soy Ofelia. La que el río no contuvo La mujer colgando de la soga La mujer de las venas cortadas La mujer de la sobredosis NIEVE SOBRE SUS LABIOS La mujer de la cabeza en el horno de gas. Ayer dejé de matarme. Estoy sola con mis pechos mis muslos mi vientre. Rompo los instrumentos de mi encarcelación, la silla la mesa la cama. Destruyo el campo de batalla que fue mi hogar. Abro de golpe las puertas, para que el viento pueda pasar y el grito del mundo. Destrozo la ventana. Con mis manos sangrantes rasgo las fotografias de los hombres que amé y que me usaron sobre la cama sobre la mesa sobre la silla sobre el suelo. Yo prendo fuego a mi prisión. Yo arrojo mis vestidos al fuego. Yo arrojo fuera de mi pecho al reloj que fue mi corazón. Salgo a la calle vestida con mi propia sangre.


(Ahora te ato las manos a la espalda, porque tu abrazo me repugna, con tu velo de novia. Ahora desgarro tu traje de novia. Ahora tienes que gritar)

jeudi 24 juillet 2008

24 de Julio 2008


"El tema entonces no es solamente cómo necesita aparecer y ser relatada aquella historia política y de cuerpos expuestos a la muerte, sino, en el mismo orden significativo, cómo se procesó su ausencia, cómo incidió ese vacio biográfico en las evidencias y comprensión de lo actual. Cómo, entre otras cosas, pero fundamentalmente en ésta, se estructuró un tiempo cultural democrático con la "desaparición" de gran parte de un pasado reciente, y cómo sobre esa memoria extinguida, suplantada (donde cada discursividad que la aludía la eludía) operaron las presentes políticas de la historia que hoy nos atraviesa."
N. Casullo.

mercredi 23 juillet 2008

No sé si lo sabes, quizas porque nunca te lo dije o porque recien es ahora que se pudo tranquilamente evidenciar la reciprocidad, no es cosa de "merecer" o de "agradecer", aunque sí, pero quiero que sepas que como para vos tu "broche" fue que me quede a escucharte, el mio fue que cuando escuchamos a alguien recitar algo parecido a lo que yo una vez pensé -y explicité en palabras- te diste vuelta a mirarme, ahora no solo aprendí a compartir y a rastrear la música que suena o los ritmos narrativos tan parecidos a los de nuestros autores favoritos sino que también a esas "cosas" en las que dejamos partes nuestras. Gracias amigo, por el tiempo y la paciencia y los silencios que no sé como pudiste aguantarlos.

PD: El amor por la "experiencia moderna" del hombre en la ciudad, las luces y la noche (and we love Boudelaire!).

mardi 22 juillet 2008

Back to bases, del capítulo 2.

No me parece que la luciérnaga extraiga mayor suficiencia del hecho incontrovertible de que es una de las maravillas más fenomenales de este circo, y sin embargo basta suponerle una conciencia para comprender que cada vez que se le encadila la barriguita el bicho de luz debe sentir como una cosquilla de privilegio.

Tal vez fuera necesario caer en lo más profundo de la estupidez para acertar con el picaporte de la letrina o del Jardin de los Olivos.

lundi 21 juillet 2008

Cada uno de nosotros es un recipiente con una superficie limitada y una orientación dentro-fuera, la metáfora permite que se entienda a qué se refiere cuando uno dice de "quedarse adentro suyo".
Un vino, un hielo, un dedo.
Un re la mi sin fin.

La vulgaridad de ostentar la erización con palabras,
el arte de la profecía, boca sucia pequeña hechizera.

dimanche 20 juillet 2008

Nuestros días del amigo ...

(2006)
(Nuestro Año Nuevo en la playa)
Ahora sí, nuestras tres semanas del amigo ...













We love Rubito Machi ¿?

Y así terminamos anoche .... o no exactamente.

Amigas, el mejor refugio, el más lindo peso, el más alto de todos los vuelos y el abrazo más grande.

vendredi 18 juillet 2008

mercredi 16 juillet 2008

Te enredo con mi pañuelo, me enredas con tu silencio ... aaaaaaaaaah, yo sé la mejor parte de esta canción.
http://www.youtube.com/watch?v=SuBFFWtb-jk&feature=related

FAVORITISMO, FAVORITISMO, FAVORITISMO!

lundi 14 juillet 2008


dimanche 13 juillet 2008

Los perfumes, los himnos órficos ...

Me acerco a mi hombro, y qué me encuentro?
Con que huelo a vos.
Tengo tu perfume en mis dedos, en las mangas de mis brazos, en las vueltas de mi pelo, en la textura de mi ropa,
demasiadas evidencias de un encuentro con tu cuello.
No te atrevas a dejar más vestigios de tu tacto en mi... y no te creas que es el simple acto de oler;
es verme invadida en cualquier otra actividad por esa esencia encadenada que me devuelve, de forma circular, nada más y nada menos que a una parte de mi cuerpo que me recuerda que estuviste ahí o que ésta estuvo en vos,
vos, tu pelo mojado y tus ojos sedientos de más escondites donde espacir estas marcas que avivan al recuerdo de tu travesía por mi cuerpo,
con suavidad, delicadeza, con la puntualidad de una lengua.


"Aquí olés a sardónica. Aquí a crisopracio. Aquí, esperá un poco, aquí es como perejil pero apenas, un pedacito perdido en una piel de gamuza. Aquí empezás a oler a vos misma. Qué raro, verdad, que una mujer no pueda olerse como la huele un hombre. Aquí exactamente. No te muevas, dejame. Olés a jalea real, a miel en un pote de tabaco, a algas aunque sea tópico decirlo. "

mardi 8 juillet 2008

Intento de Retiro Espiritual


El sábado a la noche decidí volverme a mi casa sólo para ver películas, como consecuencia me enamoré de Cate Blanchett que hacía de Bob Dylan, y reafirmé mi vuelta al cigarrillo. Domingo a la mañana, a la hora en la que usualmente un adolescente no justamente se levantaría decidí armar un bolso con cuatro libros, un cuaderno -que había intentado usar durante un tiempo- dos lapiceras negras, un cepillo de dientes, música y un pijama, y me fui a instalar sola en la tranquilidad de una casa de pueblo fantasma como en el que vive mi abuelo.
Elegí pasar mis tardes en el mirador del lago, lugar en el que una vez arriba me descalzaba, ponía mis auriculares y me acostaba sobre mi campera. El ritual duraba aproximadamente cuatro horas, hasta que la temperatura bajaba y el viento subía.
Una vez que volvía a la casa, recordándome lo gracioso del saludo plueberino, me tomaba un café mientras abria otro libro. Pensé también cuan personales son los libros, y cuánto entrega uno al prestarlos o regalarlos, despues de que el dueño los ha leído como por lo menos yo lo hago, dejando mis marcas, entiéndase anotaciones, por todos sus márgenes.
Antes de cenar, baños largos y un intento de siesta en el sillón tan viejo como verde, una vez lista la comida, particularmente rica por jugar a ser nieta única, compartí copas de vino y charlas con mi abuelo, que por más viejo gruñón y cascarrabias que pueda ser aún dice cosas sabias, y me recordó cuanto había olvidado tener un abuelo.
El agua, mirada desde arriba, parecía infinita, el limite en el paisaje entre las montañas y el cielo era blanco, y el reflejo del sol, cuánto más subía se hacía cada vez más cálido.
Ya en la cama, acolchonadamente blando como un cuerpo –o no- abrí Memorias de Adriano donde decía “… ordené con mis manos las almohadas revueltas, las mantas en desorden, evidencias casi obscenas de nuestros encuentros con la nada, prueba de que cada noche dejamos de ser…”. Ajá, interesante.
Otra nota aun mejor;
“… si cada parcela de un cuerpo se llena para nosotros de tantas significaciones trastornadoras como los rasgos de un rostro; si un solo ser, en vez de inspirarnos irritación, placer o hastío, nos hostiga como una música y nos atormenta como un problema; si pasa de la periferia de nuestro universo a su centro, llegando a sernos más indispensable que nuestro propio ser, entonces tiene lugar el asombroso prodigio en el que veo, más que un simple juego de la carne, una invasión de la carne por el espíritu.”
Al volver, le enseñé a mi abuelo el lugar preferido en el mundo de mi mamá, vi el amanecer con la niebla sobre el agua, las montañas con el reflejo del sol rosado, y sentí algo en mi que se agrandaba de a poco.
No creo que hagan falta ya tantas palabras para describir algo tan simple como lo que siento.


Escribiendo al son de estas calles de tierra en silencio, desde mis puertas sin llaves, sin ataduras ni corpiños, tan terrestre como etérea, desde acá arriba me asombra la costumbre de saberte del otro lado de esta agua que me rodea. “Tan total fue el eclipse”.

vendredi 4 juillet 2008

Los recuerdos, el reconocimiento.

Comienzan las noches de comida a domicilio, películas alquiladas, innumerables frazadas, pijamas jodidos y copas de vino, lástima que suenan ser planes para dos siendo una sola. El nombre de este mes es solo para recordarnos, ahora de manera oficial, que el invierno llegó, bienvenido Julio entonces.
Me pasa que no encuentro la parte práctica de recordar, de mantener algo en etiqueta de recuerdo sin hacerlo presente (pudiéndolo hacer presente mejor dicho), es un souvenir con el cual prefiero no quedarme, suelen ser mochilas pesadas y lo peor de todo es que muchas veces, podrían dejar de serlo y transformarse en huellas que hacien a una situación actual. Va, en realidad, claramente los recuerdos son caminos que hacen al momento pero pasivamente, pero para qué depositar tanto sentimiento en algo que se considera pasado pudiéndolo manifestar!? Dicen que deja de acecharnos hasta que se acepta, pero hasta llegar a esa aceptación, qué? hace falta encontrarse con la crudeza? oler sangre? o solamente tener amor propio? No comprendo la razón de elegir quedarse en ese escalón, si todavía los olores son capaces de remontarnos a situaciones es por algo, supongo que pocas personas queremos "ir nada más que hasta el fondo".
No es la angustia oral consecuencia de recordar? No es escapar una manera innegable de recordar a esa persona? Sí, Yourcenar tenía razón cuando dijo que la infidelidad es la forma de ser más fiel a una persona, es recordar, no lo comparto pero vendría a ser como una angustia oral solo que involucra algo más que comida. No sirve no permitirse recordar como tampoco sirve vivir de eso, pero creo que la respuesta de tantas cosas se encuentra en la fusión de la espontaneidad y el contacto, dejé de creer que las casualidades eran solamente casualidades (y nadie me cree cuando hablo de energías y conexión y cercanías, si serán aburridas las personas).
La gomosidad de los labios, la suavidad de la piel, la nuca, acordarse de cómo saben esos territorios, y yo que me quejaba del recordar, claramente la persiana pende de un hilo. Es increíble como nada da lo mismo.
El problema de las películas románticas es que te hacen creer que así debes sentirte con respecto a él, o mejor dicho, te incitan a querer sentirte así con él aun ignorando las circunstancias de la vida real, esas que hacen que claramente difiera tu vida de una película romántica de Hollywood.
Y de repente te encontras con que la vida parece complicarse ante la encrucijada de elegir entre dejarse caer en la angustia oral, alquilar un perro part-time, alquilar un bebé hasta que tenga cuatro años, tomar clases de auto-control, hacer huelga en la puerta de la casa, ver películas románticas, usar a las amistades como grupo de auto-ayuda o dejarse convertir en tiempo.
Comprender que llevar a cabo las intensiones antes de tiempo significa cortar en verde la fruta. Pensé que la anagnórisis era ese momento único en el que la persona hace un reconocimiento de la situación, puede haber un reconocimiento compartido? O sino por qué la persona siente que es compartido cuando en realidad no lo es? Por qué no se comprende/do que el momento de anagnórisis, en el que la persona se da cuenta de la realidad, no tiene que ser seguido exactamente por la acción? Comprender que ese reconocimiento tiene que asimilarse al tiempo, no solamente hacer que nos sintamos temblar, y que a este momento en el cual vemos las cosas como son sólo lo permitió el tiempo. Ahora me estoy acordando de esa historia en la cual el personaje principal tiene que atravesar muchas islas antes de llegar a su hogar donde lo espera su esposa y su hijo, y que recién cuando llega a su tierra es que recobra su identidad, pero que le fue necesario navegar por todos esos mares y esas islas para llegar a ese encuentro con él mismo, ese momento que aparte de haber sido una busqueda de quien era, le mostró que recién al lado de ella es que él sintio que la busqueda habia terminado (no tan fatalista pero se sintió realizado, yo hablé con él, claro), el reconocimiento de las almas lo llamo el profesor, y todas lloramos. Voy especificamente al hecho de que a veces nos es necesario atravesar varios "mares", varias "islas", dar mil vueltas, perdernos para recien despues poder llegar a ese lugar que ansiamos, y lo característico de este reconocimiento es que fue a través de las palabras –la palabra “fundante” que hace a la identidad de las personas (y si te digo que ese reconocimiento es como el reconocimiento a través de la piel?).
Me parecen alucinantes esos momentos en los que nos damos cuenta de estas cosas, lo malo es que las ilusiones duran poco y ojala todo dependiera de una sola persona, pero no hay estado similar al de sentir amor, en mi caso siento que esta abarcando hasta el borde de mis dedos y mis uñas y mis talones y no voy a dejar que una persona me saque esto, quizás porque no se trate solamente de estar enamorada de una persona sino de sentirnos bien, tan bien con nosotros mismos que nos sentimos enamorados, hasta llego a creer que las personas son excusas que utilizamos para disfrutar de estados de felicidad como estos (sí, pero excusas hermosas al fin, y además como si fueramos tan faciles). Lo óptimo seria compartirlo con él, pero como siempre, el tiempo y sus condiciones, el miedo los miedos, y derrepente me encuentro con que hay palabras “fundantes” en las relaciones, palabras-ejes alrededor de las cuales giramos, palabras que son la transferencia de nuestra experiencia sensorial a un sonido fonético, juntos esta expresión acústica y el contenido, hacen a nuestras palabras, palabras que hacen a temas, y a momentos de risa cuando sé que estas escuchando lo que dice esa persona que esta utilizando nuestras palabras.
Borre todo final escrito, toda conclusión, no encuentro síntesis ni final todavía, pamela reaccionaria literal dadá, apa che.

PD: (...)
PD#2: Y a éso? No, no quiero saberlo, no digo a ésto, hablo de éso, éso que esta ahi y no quiero ni imaginarmelo.

mardi 1 juillet 2008

Capitulo 92

Ahora se daba cuenta de que en los momentos mas altos del deseo no había sabido meter la cabeza en la cresta de la ola y pasar a través del fragor fabuloso de la sangre. Querer a la Maga había sido como un rito del que ya no se esperaba la iluminación; palabras y actos se habían sucedido con una inventiva monotonía, una danza de tarántulas sobre un piso lunado, una viscosa y prolongada manipulación de ecos. Y todo el tiempo él había esperado de esa alegre embriaguez algo como un despertar, un ver mejor lo que lo circundaba, ya fueran los papeles pintados de los hoteles o las razones de cualquiera de sus actos, sin querer comprender que limitarse a esperar abolía toda posibilidad real, como si por adelantado se condenara a un presente estrecho y nimio. Había pasado de la Maga a Pola en un solo acto, sin ofender a la Maga ni ofenderse, sin molestarse en acariciar la rosada oreja de Pola con el nombre excitante de la Maga. Fracasar en Pola era la repetición de innúmeros fracasos, un juego que se pierde al final pero que ha sido bello jugar, mientras que de la Maga empezaba a salirse resentido, con una conciencia de sarro y un pucho oliendo a madrugada en un rincón de la boca. (...)
Toda esa tarde él asistió otra vez, una vez más, una de tantas veces más, testigo irónico y conmovido de su propio cuerpo, a las sorpresas, los encantos y las decepciones de la ceremonia. Habituado sin saberlo a los ritmos de la Maga, de pronto un nuevo mar, un diferente oleaje lo arrancaba a los automatismos, lo confrontaba, parecía denunciar oscuramente su soledad enredada de simulacros. Encanto y desencanto de pasar de una boca a otra, de buscar con los ojos cerrados un cuello donde la mano ha dormido recogida, y sentir que la curva es diferente, una base más espesa, no tendón que se crispa brevemente con el esfuerzo de incorporarse para besar o morder. Cada momento de su cuerpo frente a un desencuentro delicioso, tener que alargarse un poco más, o bajar la cabeza para encontrar la boca que antes estaba ahí tan cerca, acariciar una cadera más ceñida, incitar a una réplica y no encontrarla, insistir, distraído, hasta darse cuenta de que todo hay que inventarlo otra vez, que el código no ha sido estatuido, que las claves y las cifras van a nacer de nuevo, serán diferentes, responderán a otra cosa. El peso, el olor, el tono de una risa o de una súplica, los tiempos y las precipitaciones, nada coincide siendo igual, todo nace de nuevo siendo inmortal, el amor juega a inventarse, huye de sí mismo para volver en su espiral sobrecogedora, los senos cantan de otro modo, la boca besa más profundamente o como de lejos, y en un momento donde antes había como cólera y angustia es ahora el juego puro, el retozo increíble, o al revés, a la hora en que antes se caía en el sueno, el balbuceo de dulces cosas tontas, ahora hay una tensión, algo incomunicado pero presente que exige incorporarse, algo como una rabia insaciable. Sólo el placer en su aletazo último es el mismo; antes y después el mundo se ha hecho pedazos y hay que nombrarlo de nuevo, dedo por dedo, labio por labio, sombra por sombra. (...)

92 ... 93 ... el favoritismo es como el antojo, o el antojo mismo.
Tanto como éste ... http://www.youtube.com/watch?v=OzvEZ4LBg_g